Hoy es Santa Cristina, pero aún así, no nos dejan
dormir más rato. A las 7 hay que empezar a desayunar para a las 8,
supuestamente, coger el autobús que nos llevará hasta Kribi. Durante el
trayecto iremos haciendo algunas paradas, como la visita a la isla de Pongo.
Como era previsible, después de nuestras
experiencias con los horarios, no salimos a la hora prevista, pero el retraso
es solo de una hora. A las 9 nos ponemos en marcha dirección a Edea, donde
haremos una pausa para comer algo.
La primera parte de nuestro viaje transcurre sin
problemas ni anécdotas a reseñar. Durante estas tres horas horas nos hemos
entretenido de diversas formas, unos haciendo fotografías a los dormilones,
otros comiendo cacahuetes caramelizados, pequeñas actividades para hacer pasar
el tiempo más rápido.
A las 12 paramos en Edea y compramos unos
bocadillos para comer. Como el tiempo se nos echa encima, disfrutamos de
nuestro manjar en el autocar, mientras seguimos rumbo a la isla de Pongo,
aunque nos avisan que quizás no podamos llegar a causa de la meteorología.
Pese a las amenazas de lluvia, el tiempo nos
respeta y a las 15 llegamos a nuestro destino, aunque nadie nos espera. Pasada
media hora nos dicen que no podemos llegar a la isla y procedemos a deshacer el
camino andado, dos horas de palmeras y demás árboles que nos conducen a la
carretera principal que nos llevará a nuestro destino final, Kribi.
A las 19 llegamos al hotel Atlantic de Kribi y
nos acomodamos en nuestras habitaciones. Para la cena nos dirigimos al restaurante
del hotel que se encuentra frente a la playa. Después de cenar valoramos el día
sentados en la playa y nos despedimos hasta mañana.
Cristina (cooperante española)
Momentos divertidos dentro del autocar.